¿Tiene una organización de campeonato?
¿Funciona su organización a lo que podríamos llamar un nivel de campeonato?
No te pregunto si tu equipo ha ganado un campeonato últimamente, te pregunto si tienes una organización campeona.
Déjeme que se lo explique.
Cuando se repasan algunos de los grandes equipos del deporte, tanto si fueron un relámpago pasajero como una dinastía de varios años (o generacional), todos tienen los mismos rasgos. A menudo se les describe como resistentes, adaptables, centrados, cohesionados y grandes comunicadores. No temen fracasar como equipo. Sus líderes dan ejemplo e invierten en el éxito de los que les rodean; los capitanes de equipo son votados bajo este prisma. Son innovadores y tienden a reescribir las reglas.
Ahora bien, ¿podría decir que su organización funciona a ese nivel de campeonato?
Organizaciones ágiles y atletismo
Muchas organizaciones deportivas se enfrentan a los mismos problemas que las empresas tradicionales, independientemente del sector. No se tiene un único producto, sino muchos. Algunos dirían que el producto es el equipo, pero el negocio del deporte se ha vuelto exponencialmente más complejo. Tienes un sinfín de productos, aplicaciones móviles, contenidos en streaming, experiencias organizadas en el estadio, y la lista continúa.
A esto se añaden las expectativas de gestionar un negocio cotidiano, como el marketing, las ventas, las operaciones actuales y futuras, las operaciones físicas matizadas, como la experiencia en el estadio y el mantenimiento del campo, la contratación de las personas adecuadas para apoyar el crecimiento a largo plazo, la creación de planes de gastos futuros que aborden tanto el futuro como los cambios continuos que se nos presentan.
Sí, una organización deportiva se enfrenta a los mismos retos que cualquier empresa tradicional... y algunos más. La necesidad de agilidad en las operaciones, o la capacidad de realizar cambios rápidamente basándose en una toma de decisiones más rápida, la eliminación de impedimentos, la priorización y la comunicación, no se extiende simplemente al campo. Se podría argumentar que este tipo de agilidad está en el ADN de una organización campeona e influye en su capacidad para ofrecer un verdadero campeonato antes de que nadie ponga un pie en el campo.
Entre los ejemplos de poca agilidad organizativa en una operación de atletismo se incluyen:
- Silos internos de priorización y falta de comunicación entre coaching, operaciones, scouting y recursos humanos que conducen a personal equivocado o mal ubicado.
- Falta de planificación financiera iterativa que conduce a situaciones de límites mal gestionadas, deuda de límites y falta de capacidad para conseguir los jugadores o el personal de apoyo que desea cuando están disponibles.
- Planificación financiera que le impide financiar cambios muy valiosos en la dirección estratégica, ideas innovadoras o simplemente la dotación de personal adecuada para mantener las luces encendidas día a día.
- Experiencias mal coordinadas en los estadios que crean problemas potenciales de seguridad o experiencias de menor calidad para los aficionados, lo que se traduce en una disminución de los ingresos.
- Las luchas internas se extienden al terreno de juego con jugadores descontentos y desmotivados que no se sienten escuchados, creen que hace falta un acto del Congreso para resolver sus problemas o consideran que la organización está demasiado estancada y anquilosada en sus métodos para tener éxito.
Por el contrario, una organización ágil bien engrasada tiene una comunicación interna abierta y transparente que se adapta adecuadamente a las áreas de valor prioritarias. Usted ha visto estos equipos y organizaciones; tal vez incluso los haya admirado desde lejos.
Todo el mundo parece estar de acuerdo no sólo en lo que queremos conseguir, sino también en cómo conseguirlo. El derecho entornos para el éxito, todo el mundo tiene la soporte que necesitan para desempeñar con éxito sus funciones y existe una confíe enDesde el back office hasta el front office, pasando por el equipo, que todo el mundo dé lo mejor de sí mismo en el campeonato.
Una cultura ganadora no es un accidente
Una palabra que se oye mucho en el mundo del deporte es cultura. "Fulano de tal ha creado una nueva 'cultura' para esta organización". Es una "cultura" de campeonato o de victoria. La cultura es difícil de cambiar porque es sobre todo mental. Hay que cambiar la forma de pensar de la gente, no sólo su forma de trabajar. Pero no nos equivoquemos, la estructura y las formas de trabajar suelen cambiar los comportamientos y las formas de pensar.
En el mundo de la Transformación Organizacional Ágil, nos hemos dado cuenta de que se necesita el liderazgo adecuado, dispuesto a invertir en cambios difíciles con el apoyo adecuado para hacerlo, que se encuentran en el camino de ganar consistentemente dentro y fuera del campo. Dejan sus egos a un lado y se dan cuenta de que necesitan socios estratégicos y asesores de confianza que entiendan cómo se producen esos cambios y puedan crear un libro de jugadas para la agilidad organizativa que puedan ejecutar y adaptar según sea necesario, de forma sostenible.
Un equipo campeón en el campo está respaldado por una organización campeona. Una comunicación excepcional, una priorización brutal, una agilidad deliberada, una fortaleza mental y una capacidad de recuperación sostenida son su núcleo.
¿Está preparada su organización para levantar ese trofeo?