
Antes de fundar Scrum en 1993, participé en varias empresas tecnológicas, así como en una organización sin ánimo de lucro de California dirigida por fundadores de start-ups de éxito. Estudiamos detenidamente varias ediciones de Everett Rogers, "Difusión de innovacionesy acabo de descargarme la quinta edición en mi Kindle para releerla. Yo era fan de "Capitalismo, socialismo y democracia", de Joseph Schumpeter, e incluso escribí un artículo que competía por el Premio Schumpeter durante mi época de trabajo con inteligencia artificial en MIT Technology Square, el hogar del original "Hackers." Cuando propuse el artículo para su publicación en la Harvard Business Review en un cóctel de Beacon Hill, el editor de esta ilustre revista se sintió tan ofendido que se negó a hablar conmigo. Pero aquellos eran los tiempos anteriores a Internet e incluso HBR cambió tras la publicación del libro de Clayton Christensen, "El dilema del innovador."
Hace poco vi una fascinante entrevista con Marc Andreesen en la Stanford Business School, donde mencionó un libro que consideraba igual de importante que la obra de Christensen. El libro de Carlota Pérez "Revoluciones tecnológicas y capital financiero" es una lectura básica para cualquier inversor en tecnología y actualiza las ideas de Schumpeter a la era de Internet. El libro sostiene que la secuencia revolución tecnológica-burbuja financiera-colapso-edad de oro-inquietud política se repite aproximadamente cada medio siglo.
Nos encontramos en la edad de oro de la era de la tecnología de la información, con un malestar político que empieza a aflorar. Y en mi último libro "Scrum: El arte de hacer el doble de trabajo en la mitad de tiempo" describimos cómo la National Public Radio utilizó el Scrum para su premiado trabajo sobre la Revolución Egipcia. Uno de mis colegas me envió una nota la semana pasada sugiriendo que algunos de los árabes que entrenó en Scrum podrían haberlo utilizado para diseñar la Primavera Árabe. Pero estoy divagando... Mi trabajo sobre el artículo de Schumpeter ilustra cómo las innovaciones tardan unos 20 años en madurar, ya sean las gafas en el siglo XI o la televisión en el siglo XX. Así que sabíamos que el Scrum tardaría unos 20 años en revolucionar nuestra forma de trabajar. Pensábamos que era para el software, pero ahora todo se está convirtiendo en software". Vea la entrevista del Wall Street Journal a Marc Andreesen en la que describe cómo "el software se está comiendo el mundo!" (suscripción obligatoria)
Incluso en la nueva y divertidísima serie de televisión de HBO, "Silicon Valleydonde los Googles del mundo compiten con pequeñas start-ups (y pierden), cada una de las cuales utiliza el Scrum como arma competitiva. Será interesante seguir la evolución de este ciclo tecnológico de 50 años.