Configure su "nueva normalidad" pensando en las personas y las interacciones
Este momento es una oportunidad para remodelar nuestra forma de pensar sobre el trabajo. El trastorno de la pandemia, su aislamiento forzoso durante meses y la atomización de nuestro trabajo y nuestras vidas nos obligaron a replantearnos fundamentalmente cómo interactuamos entre nosotros como individuos. Con nuestros colegas, con nuestras familias, con nuestros amigos y entre nosotros.
Se ha roto un contrato social y está tomando forma uno nuevo.
Hace poco cené con una de mis mejores amigas por primera vez en más de un año. Estuvo llena de risas y alegría, pero también de lágrimas mientras hablábamos de cómo la pandemia había afectado a nuestra amistad. Entonces ocurrió algo interesante. Nos preguntamos cómo queríamos, no reconstruir, sino rehacer nuestra relación. En algo nuevo. Mejor. Más consciente.
Este tipo de conversaciones se están produciendo ahora en todo el mundo. Es una oportunidad para replantearnos cómo nos relacionamos también en el trabajo.
Mientras los líderes luchan con lo que significa el trabajo ahora, creo que es importante, como dijo el famoso Jefe de Gabinete de Barack Obama, Rahm Emmanuel, durante la crisis financiera de 2008: "No dejes que una crisis se desperdicie". Ahora tenemos la oportunidad no de absorber pasivamente la "nueva normalidad", sino de darle forma.
Darle forma, por supuesto, gira en torno a ese primer valor del Manifiesto ÁgilUn término torpemente formulado que señala una verdad fundamental: lo que de verdad importa son las personas y las conexiones entre ellas.
Muchas organizaciones están intentando definir cuál será su "nueva normalidad". Examinar su estructura es una parte fundamental de ese trabajo.
La estructura engendra cultura. Define los procesos y herramientas que determinan el marco en el que podemos interactuar.
Lo que hay que recordar al hacerlo es la necesidad humana fundamental de conexión. De trabajar juntos. Para que los equipos, y los equipos de equipos, puedan realmente sea juntos, independientemente de la forma que acabe tomando. La estructura de Scrum, en su esencia, es enmarcar cómo nos conectamos, con alegría.
En la cena con mi amigo, y en discusiones en el trabajo, una cita de E.M. Forster recordada tenuemente ha resonado profundamente. "¡Sólo conéctate!", reza, "No vivas más en fragmentos".