En otra extraña intersección de los dos mundos en los que he trabajado, la cobertura de la guerra y la transformación ágil, hace poco me encontré con el libro de Michael Horowitz, La difusión del poder militar (vía el excelente blog de Tom Ricks en Foreign Policy La mejor defensa). Horowitz teoriza que el poder militar relativo y el dominio dependen de la capacidad de un Estado para incorporar innovaciones. Afirma que "la capacidad de adopción, la combinación de intensidad financiera y capital organizativo que posee un Estado, influye en el modo en que los Estados responden a las grandes innovaciones militares."
Hay algo que me llamó la atención. Las grandes potencias están dispuestas a gastar cantidades desmesuradas de dinero en innovaciones que no les obliguen a replantearse lo que hacen. Pero, "las innovaciones que requieren transformaciones organizativas disruptivas pero inversiones financieras relativamente razonables, como las blitzkrieg... se extenderán de forma vacilante". Básicamente, si una innovación desafía la dinámica de poder del statu quo dentro de un ejército, no será adoptada. Incluso si eso significa que los nazis tomen París. El estatus y el prestigio son mucho más importantes que ganar guerras. Hasta que empiezas a perderlas
¿Te suena Scrum? Aquí está el truco: "Las nuevas potencias que dominen los cambios organizativos necesarios pueden ganar ventaja sobre los oponentes potencialmente más grandes aunque menos ágiles de las grandes potencias".
Eso podría describir Silicon Valley.
Horowitz también señala: "Por lo general, la tecnología de la información se ha empleado de forma sostenida más que disruptiva. Todavía no ha provocado cambios organizativos a gran escala ni grandes cambios en la forma de pensar sobre las situaciones en las que es posible el despliegue de fuerzas". En otras palabras, han adoptado las herramientas, pero no el cambio organizativo necesario para utilizarlas en todo su potencial. Las fuerzas que lo hagan pueden hacer que una fuerza militar moderna sea tan relevante como uno de los miniordenadores de DEC. Que es exactamente la comparación que utiliza para el ejército estadounidense.
-- JJ Sutherland